Por el “efecto Nissan” y el boom de la industria automotriz en la región Bajío, el número de proveedoras de autopartes en esta entidad prácticamente se triplicó en sólo cuatro años, mientras que las inversiones en el sector superaron en poco más de 60 por ciento los 26 mil millones de pesos programados por la armadora nipona en las tres fases de su planta A2 y casi tres veces también los nueve mil empleos que puso sobre la mesa al anunciar el proyecto.
De 2011 a julio de 2015, según reportes de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedec) estatal, las empresas de ese giro se elevaron de 37 a 110 y se dieron inversiones por 45 mil 522 millones de pesos en nuevos proyectos –“aterrizados” y en proceso- y “desdoblamientos” de proveedoras ya establecidas de primer y segundo nivel, que generaron 26 mil 224 empleos directos.
Agrega dos hechos “inéditos”: la incorporación al clúster automotriz de pequeñas empresas familiares de origen japonés y local de hasta cuarto nivel –TIER4- y la extensión de los beneficios de la industria a otros municipios, fuera de los de Aguascalientes y San Francisco de los Romo -donde se concentra la industria-, como Rincón de Romos, Jesús María, Calvillo y El Llano, que a la fecha han atraído 12 de 76 proyectos de inversión automotriz, incluidas ampliaciones.
Aguascalientes está “reposicionándose” en el destacado lugar que ocupaba en el país durante las décadas de los ochenta y los noventa como centro de proveeduría y de manufactura automotriz, pondera a EL FINANCIERO el titular de la dependencia, Raúl Landeros Bruni, quien da por hecho que esa dinámica de crecimiento va a continuar, “más ahora con la coinversión Daimler-Infiniti, y la apertura de BMW y Audi, en San Luis Potosí y Guanajuato”, que, indica, “están acentuando el interés e incidencia de proveedores europeos, sobre todo alemanes”.
Asegura que la Sedec está recibiendo un promedio de tres a la semana en giras de prospección o compra de ventanilla –“windows shopping”- que proporcionan y ponen sobre la balanza ventajas competitivas de un lugar.
El funcionario explica el crecimiento exponencial del “cluster” de proveeduría en el estado no sólo en función de las dos plantas de Nissan y la proyectada “Compass” –Cooperation Manufacturing Plant- que construirá la firma nipona en coinversión con Daimler a un lado de la A2.
Asevera que Aguascalientes se está consolidando como plataforma de operaciones de muchas firmas que tienen entre su cartera de clientes a otras armadoras, como Mazda, Honda y General Motors, establecidas en Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí, e, incluso, Chrysler y VW que operan en Coahuila y Puebla.
Lo atribuye fundamentalmente a su ubicación geográfica estratégica, en el centro del país, infraestructura y sistemas logísticos, mano de obra calificada, elevado crecimiento económico y “altísimo” clima de seguridad que, para él, son elementos básicos de “la ecuación” que decide inversiones en determinado sitio y los que han abierto la llave de las que se están dando en el estado, no sólo en la industria automotriz, sino en otras.
“Nosotros mantenemos una política conservadora en cuanto a incentivos económicos directos, como regalar terrenos, exención de impuestos, temas de nómina y otros. No los hay; el gobierno estatal decidió destinar el grueso de los recursos federales a áreas prioritarias que apuntalen la competitividad del estado y que, combinadas, crean la atmósfera necesaria para el desarrollo de la inversión.
“Los resultados los está mostrando el crecimiento constante de la misma, como de otros indicadores económicos básicos. Habrá quienes se inclinen por incentivos económicos directos, pero son los menos.
“Cuando proveedoras de autopartes en específico los piden nuestra respuesta es que tienen sobre la mesa los ingredientes necesarios para hacer negocio y garantizar su futuro: empresas ancla que el gobierno atrajo y en lo que hizo su mayor esfuerzo; infraestructura industrial y social, mano de obra calificada disponible y la que está preparando en los centros de educación públicos y privados, así como un altísimo clima de seguridad.
“Ahora bien, cuando digo política conservadora es porque sí tenemos estrategias adicionales, pero que no se puede considerar subsidio per se. Lo que nosotros hemos estado haciendo es contar con parques industriales públicos con instalaciones y servicios de vanguardia y proveer espacios en ellos a costo real porque creemos firmemente que el gobierno no está para hacer negocios o lucrar con esos temas.”
Actualmente operan en la entidad 19 parques, de los cuales 12 son públicos –estatales y municipales- con una superficie total de 666 hectáreas. Los más recientes son el Parque de Logística Automotriz (PILA), que abarca 106 hectáreas y se ubica a un costado del aeropuerto internacional Jesús Terán Peredo, así como el San Francisco IV, de 122 hectáreas, levantado en la periferia del municipio de San Francisco de los Romo.
Landeros Bruni concluye que los esfuerzos realizados por la actual administración estatal para abrir y multiplicar, en lo particular, espacios industriales mediante inversión pública como privada, permiten recibir a una nueva “ola” de proveedores. “Estamos preparados”, asegura, aunque no descarta que se construyan más parques públicos. “Siendo previsores, se analizaría esa posibilidad, pero en estos momentos no es apremiante”, sostiene.